lunes, 8 de abril de 2013

Pastel de naranja y merengue



Me encantan las aldeas o pueblos pequeñitos, rodeados de naturaleza y sonido de animales, sin bullicios de coches, gentes, etc...Hoy las circunstancias me han llevado a una pequeña aldea de la provincia de Huelva, con unas poquitas casitas blancas y habitantes que se saludan unos a otros al pasar, y no con un simple hola o buenos días como podemos hacer la mayoría al cruzarnos con nuestros vecinos por los pasillos, sino con un "María ¿cómo estamos?" o algo parecido que incita más a la conversación que a cumplir por educación.
Os parecerá una tontería o "trochería" como diríamos aquí en Huelva  pero me ha llamado mucho la atención esta aldea, no me preguntéis por qué, quizás mi entusiasmo recientemente adquirido por la fotografía me hace ver el encanto de ciertas cosas, y eso que no llevaba la cámara encima, pero me ha hecho buscar información sobre ella.
Esta aldea es Fuente de la Corcha con dos calles y una Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Salud que es la patrona, construida en 1966. Las costumbres son las propias de cualquier otra aldea: disfrutar del entorno, pasear, charlar y tomar copas con su entrañable gente y, por supuesto, no perderse ni un solo partido del RECRE, en su Peña Recreativista "Los Canitos".
Su origen parece situarse hacia 1880. En este lugar existía una fuente que abastecía de agua a cuantos viajeros y comerciantes se desplazaban entre Beas y Valverde del Camino, esto propició la construcción de las primeras casas de ganaderos o labradores, conformando un pequeño núcleo. 
Me ha llamado mucho la atención una señora que tras barrer la puerta de su casa continúa barriendo la carretera, si si, la carretera y los vecinos pasando y viéndolo algo habitual, ya no sé si porque es algo típico de esta señora o porque el sentido de propiedad privada es diferente al que se tiene en las ciudades y ya no nos preocupamos por mantener limpio nuestra casa sino nuestro pueblo. En seguida voy a ver yo en mi bloque a las vecinas limpiando los pasillos y portales, aunque me consta que en bloques de poquitos vecinos se sigue manteniendo lo de limpiar cada una su planta o hacerlo por turnos, pero más por un tema de ahorro económico.
Pero bueno pasando al tema que nos ocupa os dejo con la receta de este delicioso pastel de naranja.




Ingredientes:
Para el bizcocho:
2 naranjas medianas (500grs)
5 huevos.
175grs de almendra molida.
220 grs de azúcar 
75 grs de harina con levadura.

Para el merengue:
3 claras de huevo.
150grs de azúcar.
1 pizca de sal.
3  gotas de vinagre o zumo de limón.


Preparación
1. Poner las naranjas sin pelar en una cazuela mediana, cubrirlas con agua fría; llevar a ebullición y escurrir. Repetir el proceso dos veces más y luego dejar que se enfríen a temperatura ambiente.
2. Colocar la rejilla del horno y precalentarlo a 200ºC. Engrasar un molde redondo desmontable de 24 cm; forrar el fondo con papel de hornear.
3. Partir las naranjas por la mitad; retirar y desechar las pepitas. Pasar por la picadora las mitades de naranja hasta que estén pulposas; echarlas en un cuenco grande.
4. Con una cuchara de madera, batir los huevos, las almendras molidas, el azúcar y la harina con la naranja. Verter todo en el molde previamente preparado. Hornear el bizcocho durante una hora.
5. Entretanto, batir las claras de huevo a punto de nieve con las varillas eléctricas; sin parar el motor, añadir poco a poco el azúcar, la pizca de sal y las gotitas , batiendo hasta que esté bien disuelto. Sacar el bizcocho con cuidado del horno y cerrar la puerta para que se conserve el calor. Con una espátula de metal, extender el merengue de modo uniforme o ponerlo en una manga pastelera e ir haciendo montoncitos como he ido haciendo yo. hornearlo unos 10 minutos más o hasta que la cobertura esté ligeramente dorada.
6. Enfriar el pastel a temperatura ambiente antes de desmoldarlo.
Sugerencias:
Lo mejor es hacer este bizcocho en un molde desmontable para facilitar el trabajo.
Se puede usar el mismo peso de mandarinas en lugar de naranjas.

Conservación: 
Puede conservarse hasta 2 días en un recipiente hermético dentro del frigorífico.


1 comentario:

Marga Morguix dijo...

Qué bizcocho tan jugosísimo, y esa cobertura de merengue, además de haberte quedaro preciosa, me parece una delicia.
Es cierto que los pueblos chicos guardan un encanto, y una cercanía de la gente, que en las ciudades grandes se ha perdido. Y es una pena.
Un besote.