miércoles, 22 de abril de 2009

Verduras y hortalizas

En la compra las verduras y hortalizas pueden adquirirse en el mercado frescas, envasadas en latas o frascos de cristal, congeladas, desecadas, en conserva o en forma de encurtidos. Las más sabrosas son siempre las de temporada. Hortalizas y verduras se comercializan de forma unitaria o agrupadas. Siempre debemos de escoger los ejemplares más frescos, aquellos que presenten un aspecto terso y buen color. Además, las piezas deben de estar enteras, firmes y sanas. Tenemos que desconfiar de aquellas que tengan gusanos, artrópodos o moluscos. En la cocina Son alimentos que posibilitan un sinfín de preparaciones y empleos culinarios. La cocción es el tratamiento más extendido a la hora de cocinar hortalizas y verduras. Las cocciones al vapor, en olla presión y en el microondas son las más adecuadas, permitiendo la conservación de muchos componentes nutritivos. Por su parte, las verduras congeladas se pueden cocer sin descongelación previa, introduciéndolas directamente en agua hirviendo Además de las verduras frescas es posible el empleo de productos derivados de las mismas: 
- Verduras deshidratadas: Sólo precisa de la rehidratación para su consumo. Los más comunes son los guisantes, las judías vedes, zanahorias, cebolla, apio.... 
- Los encurtidos: Las que tras haber sufrido un proceso de curado en salmuera o fermentación láctica se conservan en vinagre (cebolleta, pepinillo,...). 
- Las conservas dulces de verduras: Elaboradas de forma muy parecida a la mermelada de frutas, (mermelada de tomate, pimiento verde, remolacha....). 
Componentes nutritivos: 
- Agua (en su mayor parte)
- Vitaminas del grupo B y C
- Ácido fólico
- Minerales como el calcio y el hierro.
 Conservación: Al llegar a casa tenemos que sacarlas de las bolsas para que puedan respirar. La mayoría de ellas deben de ser guardadas en un lugar fresco y alejado de la luz, sino, pierden agua, se ponen mustias en unas pocas horas y además sufren importantes pérdidas de vitaminas. Se deben de conservar en la parte menos fría del frigorífico (10-12ºC), y por un periodo de tiempo no superior a los 3 días. La congelación es otro método al que podemos recurrir para aumentar el periodo de conservación de estos alimentos. Las más adecuadas para este procedimiento son las zanahorias, coles de Bruselas, espárragos, alcachofas, espinacas y algunas legumbres. Una vez congeladas el periodo de conservación puede durar de 6 a 12 meses, dependiendo del tipo de verdura. Una vez descongeladas no se pueden volver a congelar. Las que generalmente se consumen crudas no son muy apropiadas para congelar. Las verduras enlatadas han de ser consumidas una vez abierto el envase, ya que su periodo de conservación se reduce considerablemente.

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